- Área: 400 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Sergio Gustavo Esmoris, Federico Cairoli
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La obra celebra la rebelión agraria de pequeños arrendatarios rurales, mayormente inmigrantes italianos y españoles, conocida como “El Grito de Alcorta” (1912). Con epicentro en el pueblo de Alcorta, se extendió primero por la provincia de Santa Fe y luego al resto del país, dando origen a la Federación
Agraria Argentina (FAA). Trabajando con la Asamblea de la FAA en un proceso participatorio que abarcó la Comuna de Alcorta, la Provincia de Santa Fe y el Gobierno Nacional, el Espacio no solo evoca al agricultor, su trabajo y lucha gremial, el uso y tenencia de la tierra y el cooperativismo, sino que los actualiza en un ámbito cotidiano de encuentro chacarero y ciudadano, superando el pasivo monumento del pasado.
Solo cuatro grandes bases expuestas de hormigón existían en el terreno llano de 100m. x 75m. Construidas para el 50 aniversario en 1962, como parte de un proyecto de figuras monumentales a la manera del “realismo socialista” soviético de Vera Mukhina. El programa actual desarrollado despliega pequeñas funciones culturales, una Plaza Cívica para la celebración de actos públicos, un Auditorio para 150 personas, y una Galería de exposiciones o centro de interpretación donde se encuentren objetos históricos provenientes de las Provincias.
Estas escalas interiores intensas e íntimas, son contenidas al noroeste por un plano extensivo y plegado exterior, estructurado por grandes pórticos de acero, bastidores inclinados y panelería premoldeada y textural. Esta pantalla carga el fuerte contenido estético expresivo, articulando la escala monumental en perspectiva forzada como una escenografía clásica, para los camiones que circulan por la ruta. El relieve masivo recuerda las "estibas" históricas de sacos de maíz de arpillera, rescatadas de los Archivos fotográficos de la FAA, materializándose por un sistema de paneles fabricados localmente en resina reforzada con fibra de vidrio y arpillera cruda, ejecutados sobre moldes de madera geométricamente pixelados. El pabellón oeste contiene oficinas para la FAA y baños públicos, en una estructura de hormigón armado y perfilaría de acero emergiendo de la tierra arada. Sobre ella, en terrazas descendentes —accedidas por una rampa a lo largo de la pantalla principal y una escalera acompañando el escalonamiento—, se contemplan el vasto horizonte y los espléndidos atardeceres pampeanos.
Toscas texturas a diferentes escalas recuperan el grano textil y táctil, retratando el trabajo grabado por el campesino en la tierra, su piel curtida como surcos, resquebrajada por el sol —observadas en el cuadro “Manifestación” alusivo al Grito de Alcorta de Antonio Berni (1934)— sus ropas y las bolsas ásperas finalmente apiladas en la estiba. Ésta se reconstruye como muro libre por apilamiento y extrusión horizontal de pórticos que se conjugan formando secciones continuas. Esa superficie estriada se despliega mas allá del edificio mientras el seccionado horizontal de la panelería de chapa metálica reconcilia el edificio con el horizonte. La pampa arada exterior se torna íntima formando los muebles de madera laminada al interior, extendiendo la mayor superficie de exhibición por estiramiento del revestimiento interno hasta envolver el auditorio en tableros acanalados, surcos ascendentes y espigas de trigo.